Canyengue te ato a mis piernas, te digo vení
vení que nudos te necesito
canyengue te ato a mi boca muda que no te arroja
y te digo sin decirte nada
que basta, que vení, che
que no puedo más de no tenerte
canyengue te muerdo a mis dedos de revolución
y te cambio las caderas por un motín de besos
y te grito este grito de Piazzolla
ese que solo vos conocés
ni el “colo” de Balvanera lo tiene en su álbum de colección,
ay! que rota estoy sin vos, Abel
que tan sola y tan cerca de tu paso
canyengue te voy serpenteando
querido, mi querido Abel
te mido en mi memoria que nocturna me abrasa
y te quema cada paso de zapato negro,
charolada noche que me ata en las tiritas de las sandalias
sin razón… sin razón…
en esta hora donde nada es nada
no puedo de toque de queda sin vos, no puedo
ay! flaco, torceme entera las vueltas de este tango
dame querido un ron, dejame, que esta noche
te lo pida con toda el alma, y te diga
canyengue, atame a tus piernas
y decime vení, y decime vení Rosita…
que la viola de Kremer me parte la cintura del metejón, piba,
y yo, me muerdo las palabras viejas inventándote
y te marco un dos por cuatro
que te cae justito de arriba
como los dados en la mesa aquella del bar que tango y tango
nos vivimos sin pensar en nada de nada
sabiendo que mentíamos
que la noche se acababa, y nos moríamos…
o vos te ibas a morir… ay, no sé
y te entregué mi vida, ay, mi Abel
esta noche es otra noche y cadencia pura,
y los dos nos vamos a morir, querido,
esta vez juntos y enredados
en este canto de puerto nunca libre, sin barcos en azul
nos vamos a morir de amor, cursis y gorrioncitos pobres
vení, querido…
vení canyengue, vení… y partime el corazón.
© 2008 Rosa Buk
La imágen y la música en cada poema fueron elegidas por Rosa Buk, cuando los publicó por primera vez en poesiapura.com
Echaba de menos el sonido de tus versos, amiga mía!! Me siento feliz de encontrarte de nuevo. Sabés que te quiero, verdad??